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¿Qué sentido tiene mi vida?


«No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy». Tomás le dijo: «Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?». Jesús le respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí.

Me hubiese gustado heber estado con ustedes ese día sábado, pero me encontraba en Vilches en una jornada de coordinación. En fin, ese no es el tema. El tema es otro. ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué es lo que quiero? Son muchas las preguntas que surgen a lo largo de nuestras vidas. Lo malo es que a veces las respuestas son muy pocas. Personalmente, desde que tengo consciencia yo mismo me he preguntado el porqué me encuentro aquí o el porqué existimos. Estoy seguro de que ustedes también lo han hecho en muchas ocaciones. Nuestra sociedad nos está bombardeando diariamente con artefactos y productos que muchas veces prometen darnos "felicidad". La fama y la riqueza son aliados de estas cosas. En muchas ocaciones podemos pensar que al alcanzar estas metas vamos a sentirnos plenos y que esa sensación de soledad desaparecerá de los corazones. Lo malo es que estos sentimienos siguen en nuestras vidas, están latentes y esperan por aflorar ante cualquier dificultad. Al ver los noticieros, al leer diarios o al escuchar radio siempre estamos bombardeados de malas noticias. Al mirar por las ventanas podemos ver cosas que no nos parecen, o que simplemente no nos parecen racionales. El mundo en sí se puede hacer una gran carga que nustros hombros no van a ser capaces de soportar. Los problemas de nuestra casa, los problemas de nuestra vida son espadas e doble filo que nos perforan día a día el corazón. En estas situaciones podemos bajar los brazos y dejar de luchar. En estas ocaciones es cuando perdemos el sentido de nuestra vida. Pero como una canción dice, Dios nos dejó la esperanza y en esa esperanza está el verdadero sentido que le podemos dar a nuestra vida. En Él podemos encontrar muchas cosas que nos llenarán realmente. Hagamosnos la siguiente pregunta: ¿Cómo me siento cuando ayudo a los demás? Bueno la respuesta es clara. Para confirmar aún más ésto, vimos el video de Las Clarisas de Lerma Enamoradas de Jesús. Una congregación de religiosas española de jovenes las cuales difcilmente superan los 30 años de edad y sólo salen del convento muy pocas veces. La comida y correspondecia les llega por mensajero. En ellas podemos ver que el sentido de su existencia es Dios. El mismo nos dice "Yo soy el camino, la verdad y la vida". El nos dice que él es la verdad de nuestras vidas, él es el camino y él es nuestra propia vida.



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