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Estar, predicar, expulsar


"Después subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él, Jesús instituyó a Doce para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar, con el poder de expulsar a los demonios. Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro; Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó."

Y con esta frase hemos puesto fin a nuestra primera etapa como comunidad. Nuestras búsquedas han sido escuchadas y ahora es tiempo de ponerlas en las manos del Señor y reconocernos como hijos de Dios.

Esta etapa comenzó con una simple pregunta: ¿Qué buscan? Muchos quizás no hemos respondido a esta pregunta, pero aún así nunca es tarde para buscar una respuesta. Ahora hemos recibido un nuevo mensaje, una nueva tarea que nos dará la conciencia para vivir esta nueva etapa en nuestras vidas.

Cuando todos recibimos el llamado, cuando Jesús llamó "a los que el quiso" no nos llamó sin algún motivo. Tenemos que teber por seguro que todo esto tienen un fin. ¿Y como descubrimos ese fin? Fácil, nos dejó tres tareas. La primera estar con Él. Sólo pensar en el una vez al día, agradecer, rezar, pedir, no sé. Sentir la presencia de Cristo en nuestras vidas, aprender a verlo en las pequeñas cosas, hablar con Él, pedir su consejo, leer su palabra y la más importante, escuchar su mensaje en la eucaristía. No es tan complicado como muchos piensan. Sólo con querer y hacerlo. Recuerden que en las pequeñas cosas están las cosas más grandes.

La segunda petición de Jesús dice que nos llamó "para enviarnos a predicar". Hay muchas formas de hacerlo. Para predicar no es necesario ser un letrado en religón ni filosofía. Sólo tenemos que transmitir nuestra experiencia. Aconsejar a otros, acompañar en el silencio, apoyar, ayudar, calmar, orar por alguien, eso es predicar.

Y finalmente nos entregó un poder, nos envió "con poder de expulsar demonios". Con poder de expulsar esos demonios que día a día nos están acompañando. Las envidias, el odio, el sentirse mal, la depresión, etc. Son muchos los demonios que habitan en este mundo y nosotros, por ser llamados por Jesús tenemos el poder de expulsarlos.

Bueno, así es como pasamos de ser "buscadores" a ser "amados" así comenzamos una nueva etapa. Felicitaciones a todos por haber aceptado este llamado.

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